El Mundo Viernes 16 de Mayo de 2003
Opinión

¡Están equivocados!

El Grupo de Amigos prácticamente se despidió de Venezuela después de haber emitido una declaración típicamente diplomática.

No fue insulsa -como algunos han afirmado- porque contiene planteamientos inequívocos sobre lo que debería ser una solución electoral a la aguda crisis política que se vive en nuestro país, e insta a las dos partes antagónicas al cumplimiento de preacuerdos que estuvieron cerca de convertirse en compromisos básicos, y que el Gobierno se negó, finalmente, a formalizar; pero sí estuvo carente de anuncios concretos que satisficieran los expectantes deseos de una gran mayoría del país. Que así fueran las cosas no es responsabilidad del Grupo, aun cuando hay cierta razón en el juicio crítico que señala una falta de comportamiento diligente. En definitiva, sin embargo, habría sido imposible que el Grupo contribuyera decisivamente a torcer la determinación de la cúpula chavista de no comprometerse a cumplir obligaciones institucionales respecto de algo que teme mucho y, por lo tanto, no quiere, como es la celebración del referendo revocatorio del mandato presidencial.

Por su parte, el Secretario General de la OEA tampoco podrá, en adelante, hacer mucho para cambiar la posición oficialista en cuanto atañe a salidas acordadas. En consecuencia, ya sea por disolución de la Mesa de Negociación, ya sea por efecto de las recurrentes maniobras dilatorias de Chávez y sus mandaderos, en ese escenario habrá pocos a cuerdos, o no los habrá.

Probablemente los integrantes de los altos círculos dirigentes del “proceso” -¿o acaso no todos?- estarán pensando que han hecho una gran jugada. Y ya algunos de los “analistas” de oposición que yerran sistemáticamente y proponen, más o menos abiertamente, salidas aventureras, han hablado, casi con gozo, del fracaso de todos los facilitadores internacionales, y se han burlado de “las ilusiones electoralistas” de la oposición democrática organizada.

Unos y otros, cada cual con su óptica propia, están muy equivocados. La cúpula chavista paralizó, tal vez definitivamente, negociaciones cuyo éxito habría sido útil para despejar el tránsito hacia la celebración del referendo revocatorio. Pero con ello no ha producido un cambio determinante en su situación.

No podrá cerrar los caminos para efectuar el referendo, porque, a fin de cuentas, la realización de éste no depende, en cuanto respecta a factores internos, de un entendimiento entre el Gobierno y la oposición democrática, sino de la acción organizada y bien orientada, del empuje combativo del mayoritario pueblo opositor y de la posición institucionalista que predomina en la Fuerza Armada.

Además, no habrá ausencia de seguimiento vigilante y presión legítima de la comunidad democrática internacional, porque lo ocurrido no quebrantará el sentido de responsabilidad ni el compromiso contraído por las instituciones de esa comunidad.

femunoz@cantv.net

* Profesor y político

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