SOÑANDO CON EL ABUELO
Bambuco
Autor: Fausto
Compositor: Fausto
 

Anoche estuve soñando que hablaba con mis abuelos
y les pregunté llorando: qué puedo hacer por mi pueblo?
aquí ya no existe paz, aquí ya no hay libertad,
aquí ya no pasa un día sin algo que lamentar.

Aquí el hermano traiciona y se ufana al traicionar,
y el hermano va y nos vende y luego vuelve a cobrar,
aquí el mundo está al revés, nadie quiere trabajar,
y a las gentes que trabajan nos arrasan sin piedad.

Al ladrón tratan señor y al señor como un pirata
del que hay que aplastar la flor y reventarle la mata,
se volvió palabras Dios, y hay sin hechos mil corbatas,
y el amor es el amor en la medida que pagan.

De la iglesia suya, abuelo, ya casi no queda nada,
los curas que no son santos la tienen manipulada,
el verde de las haciendas se cubrió de sangre y balas
y las nanas de los niños tabletean las metrallas.

Yo no quiero ser cobarde, usted me enseñó valor,
por eso para quedarme quiero hallar la solución,
la sonrisa del abuelo, no sé qué, me dio la paz
y esperé por un momento que empezara a aconsejar.

Me dijo: con miedo mijo, no cambie lo que suceda,
para integrar la familia haga todo lo que pueda,
no sea extranjero en su tierra, viva siempre como piensa,
para que cargue tranquilo livianita la conciencia.

Orgulloso de su raza practique su identidad,
verá que con esto encaba la paz y la libertad,
piense que si los dividen sobre ustedes reinará,
alrededor de la iglesia se encuentra la identidad.

Usted puede ser amigo de todo el que le parezca
pero hay que sacar del alma al que le siembra maleza,
para que un día sin pena, si a sus nietos aconseja,
que lo acompañen sus himnos levantando la cabeza.

No se olvide nunca, mijo, que para ser buen hermano
no hay que dar de lo que sobra sino lo que está faltando,
no se amañe con colores ni banderas de apariencia,
vote siempre por un hombre transparente de conciencia

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