CIEGOS, SORDOS Y MUDOS

 

            De mis años de niñez tengo el vívido recuerdo de los viejos dibujos animados, específicamente recuerdo uno de ellos que mostraba las esculturas de tres monitos, uno tapándose los ojos, otro los oídos y el otro la boca, que cobraban vida y se metían en toda clase de problemas, para al final, adoptando una actitud de resignación y culpabilidad, volvían a petrificarse en sus posiciones originales. Los recientes acontecimientos y las acciones desplegadas por Hugo Chávez Frías y sus acólitos en los poderes públicos, evidencian el advenimiento de una progresión de eventos, que tienen como propósito fundamental ahogar la disidencia, proscribiendo en primera instancia el derecho consagrado en la Constitución de la libre expresión de los pensamientos y las ideas, para luego anular la capacidad general de disentir y protestar sobre la forma como se están conduciendo los destinos del país.

 

            La punta de lanza de esta nueva dimensión del Proceso Revolucionario, la constituyen la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión, adecuadamente calificada como Ley Mordaza y la reforma del Código Penal. Estos textos legales tienen como objetivos fundamentales, constreñir a los medios de comunicación social en su doble función como difusores de información, así como de la industria en si misma, a los profesionales de la comunicación social que hacen uso de ellos para transmitir las ideas y generar opinión, y a través de procesos penales al público en general, castigando por todo aquello que el Régimen pueda considerar como injurioso o irreverente. Quien les escribe es el ejemplo palpable de lo que nos depara la Revolución Chavista, una sociedad de Ciegos, Sordos y Mudos, de y hacia todo lo que acontece en el Gobierno y de todos procesos inherentes a su gestión.

 

            Para implantarse, un régimen de tendencia totalitaria como este debe en todo momento conseguir y luego incrementar su capacidad de control sobre la sociedad, pero para su desgracia − y fortuna para nosotros −, el primitivismo y la arbitrariedad que lo caracterizan, lo han privado del elemento fundamental que requiere cualquier gobierno, la autoridad. En simples palabras Hugo Chávez Frías y el Régimen Chavista no tienen autoridad. Esta situación es tan evidente que el propio Hugo Chávez Frías tiene que amenazar públicamente a sus propios allegados y a la militancia de su proceso revolucionario, calificándolos inclusive de “…traidores al proceso…”, de que si “…no están conmigo están contra mi…”, en otras palabras se ve forzado a amenazarlos y ofenderlos para lograr de ellos un mínimo de atención a sus planteamientos y un mínimo de acatamiento a sus órdenes. Por otro lado y a pesar de que parezca paradójico, el Régimen Chavista tampoco tiene poder, y digo paradójico porque a pesar de todo el poder que puede exhibir y ejercer, este poder no le resulta suficiente para controlar la contundente mayoría que se le opone. Su situación política es de una debilidad tal, que se ha visto obligado a instrumentar el fraude electoral y el terrorismo judicial, a los fines de mantener su precaria capacidad para gobernar.

 

            Por doquier están proliferando, las manifestaciones más genuinas de la Democracia Participativa y Protagónica, las Asambleas de Ciudadanos, que representan una de las estructuras fundamentales del nuevo ejercicio democrático, además de ser capitales para la instrumentación del pensamiento y las ideas de la sociedad organizada, dado que sus “decisiones serán de carácter vinculante”, como lo establece el Artículo 70 de la Constitución. La Sociedad Democrática, a los fines de contrarrestar la actitud totalitaria exhibida por el Régimen, acogió con sabiduría las Asambleas de Ciudadanos como organización legítima y representativa de las comunidades, hoy ellas ya se han constituido en redes y se disponen a concretar posiciones que se extrapolan a las comunidades individuales, constituyéndose en macro-estructuras con capacidad de impulsar planteamientos de vigencia nacional. Para que la acción de estas Asambleas de Ciudadanos sea efectiva, se requiere que la manifestación libre de los pensamientos y de las ideas, y su implementación en programas y acciones concretas en el marco de la Democracia Participativa y Protagónica se propaguen y se consoliden de manera continua y creciente.

 

            El Régimen ha visto con mucha preocupación que una de sus iniciativas, además de estar preservada en el texto constitucional, no pueda ser controlada a través de sus elementos de acción política, por el contrario estas actúan independientemente de sus directrices. Es por esto que el Régimen, lejos de motivar su proliferación, ha tratado de hacer con ellas lo que siempre hace cuando no puede controlar una determinada organización, y es creando estructuras paralelas, absolutamente tarifadas para que le obedezcan de manera ciega. Es así como nacen los Círculos Bolivarianos, los cuales en gran medida no son otra cosa que bandas organizadas, que sirven de elemento de choque para intimidar y reprimir a grupos disidentes.

 

Lo que el Régimen busca es el control de la sociedad, y es por eso que la denominada Ley Mordaza y la modificación del Código Penal atacan los elementos claves de la libertad de expresión; la génesis del libre pensamiento y manifestación de los pensamientos y las ideas, que son los individuos y las comunidades, y el instrumento a través de los cuales estos pensamientos y estas ideas se difunden, como son los medios de comunicación y los comunicadores sociales. El fin último es la atomización del pensamiento y desintegración de estructuras claves como son las Asambleas de Ciudadanos. Lo que el Régimen quiere es que esas asambleas se transformen en Círculos Bolivarianos − versión criolla de los Comités de Defensa de la Revolución en Cuba −, cuya función es el control político y social, el espionaje vecinal, y a través del condicionamiento de la libre expresión del pensamiento y de las ideas, la sofocación de la disidencia, el vasallaje de la sociedad y el acatamiento sumiso de los designios del Régimen, factores clave para la implantación definitiva del Proceso Revolucionario Chavista.

 

Como sociedad que tiene importantes raíces en culturas y sociedades extranjeras, cuyos representantes emigraron a Venezuela en busca de oportunidades y otros además escapando de regímenes que en su momento buscaron oprimir y coartar la libre expresión de los pensamientos y las ideas, la Sociedad Venezolana tiene una condición de pluralidad cultural y social, que le ha generado un dinamismo cosmopolita y una libertad de pensamiento, que en presencia de la globalización del conocimiento, resulta muy difícil de dominar y condicionar.

 

Como preso político y de conciencia he tenido la experiencia de ser condenado penalmente y haber sido inhabilitado políticamente por opinar y expresar mis ideas, ante un hecho comunicacional público y notorio, como lo es el de caso de los Soldados Quemados de Fuerte Mara, caso que no ha sido esclarecido a pesar de haber ocurrió hace casi siete meses. Hoy soy yo, mañana serán ustedes. Se iniciará con la supresión de la manifestación de los pensamientos y las ideas y seguirá con la supresión de los canales de difusión. Hoy son los medios, mañana serán la privacidad de las comunicaciones telefónicas, el Internet, el correo electrónico y hasta las misivas personales. Lo que el Régimen quiere es transformarnos en islas, desconectarnos con la realidad, para que no podamos criticar y actuar en contra de la incapacidad y arbitrariedad propias de un régimen totalitario.

 

Lo que está en juego es la libertad de expresar nuestros pensamientos e ideas, lo que se pretende es condicionar nuestra cultura y la forma como la difundimos, lo que el Régimen quiere es hacernos sumisos y obedientes, para luego esclavizarnos, nos quiere como los tres monitos, Ciegos, Sordos y Mudos.

 

¡Resiste y Lucha, lo que hacemos no es por nosotros, es el legado que debemos darle a nuestras futuras generaciones!

 

Ramo Verde, 27 de Octubre de 2004

 

FRANCISCO V. USON R.

Preso Político y de Conciencia

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