El allanamiento de Hebraica

Fuente: El Nacional
Autor: Pynchas Brener
Fecha: 02/12/2004

El vil asesinato del fiscal Danilo Anderson conmovió, sin distingo, a todos los venezolanos responsables y respetuosos del derecho humano inalienable fundamental, el derecho a la vida. En las primeras horas después de este hecho condenable, reunidos en la fundación ConcienciActiva, decidimos expresar públicamente nuestro repudio del crimen a través de misivas que dirigimos al Fiscal General y al Ministro del Interior y Justicia y por los medios de comunicación. Al redactar la carta de repudio y condolencia se tuvo el cuidado de no hacer mención alguna de ningún otro crimen o injusticia en el país, porque se estaría matizando la firme e inequívoca reacción frente a este horrendo crimen.

Unos días atrás, las instalaciones del colegio Hebraica Moral y Luces y el Club Social Hebraica fueron allanadas por una Comisión del CIPCC. Nuestra reacción inicial fue el asombro, horrorizados por la presencia de efectivos policiales ante los rostros de infantes del maternal, niños del colegio, jóvenes del bachillerato, padres y representantes que suelen traer a los alumnos al colegio. A través de los medios radioeléctricos toda la sociedad se enteró inmediatamente del suceso. Autobuses cargados con alumnos fueron impedidos de ingresar y tuvieron que devolver a los alumnos a sus hogares. Se estaba perdiendo un día de clases que no volverá, porque el tiempo perdido no es rescatable.

Aparentemente, el Juez 34º de Control Maikel Moreno había recibido una comunicación que señalaba la existencia de explosivos o armas relacionados con la muerte del fiscal en el interior de Hebraica. El resultado del operativo fue "infructuoso", según el informe oficial que se levantó. El allanamiento había sido una demostración que no hay "intocables" en la Venezuela actual, según la declaración de voceros de las altas esferas del Estado.

Leemos en el libro Éxodo que un asesino es extraíble, incluso de la cercanía del "altar" cuando hay elementos probatorios de su culpabilidad. El Templo de Jerusalén no podía servir de refugio para el criminal, especialmente en el caso del asesinato de un ser humano. El Templo era el símbolo de la paz y la vida, mientras que el crimen y el asesinato son hechos diametralmente contrarios a estos conceptos.

El colegio también es un templo, un Templo del Conocimiento y la Sabiduría. En el caso de la comunidad judía de Caracas, la primera casa construida fue el colegio y no la sinagoga, porque de acuerdo a la tradición judía, el estudio está por encima de todo, ya que debe conducir a la buena acción, a la capacidad de diferenciar entre lo que es transitorio y lo trascendental. El allanamiento de un colegio que estimula las mentes y los espíritus hacia una conducta de decencia, aprecio y respeto por los valores, equivale al allanamiento de un Templo dedicado al servicio de Dios.

Después de la indignación y asombro inicial debe venir la reflexión.
Porque el allanamiento del colegio Hebraica se enmarca dentro de un alarmante resurgimiento del antisemitismo a nivel mundial. Valiéndose de odios inexplicables que han sido fomentados a través del tiempo, los protagonistas de enfrentamientos políticos y culturales mundiales están reviviendo el antisemitismo que se creía moribundo. En una alianza inusual, remanentes fósiles de las izquierdas y algunos extremistas del Medio Oriente han concluido un pacto de "caballeros" para enfrentar a quien consideran el enemigo común: la Civilización del Occidente, e Israel y los judíos pertenecen a este sector.

Incluso en Venezuela, en los últimos meses, algunas publicaciones impresas y mensajes enviados por el Internet, han intentado relacionar sucesos nacionales con supuestas raíces israelíes y judías para explicar ciertos hechos dudosos. Se debe tomar en cuenta que la diferencia entre el antisionismo, el ser anti-israelí y el antisemitismo, son inexistentes en la práctica. Pertenecen al mismo género del odio ciego irracional. Por ello el allanamiento de Hebraica produce mayor inquietud aún. ¿Es el caso del inicio de una arremetida programada contra la comunidad judía?

El allanamiento del colegio puede ser visto como una astuta "economía del amedrentamiento". No hay familia judía en Caracas que no haya sido afectada.
Muchos tienen hijos en el colegio, otros tenemos nietos, algunos tienen bisnietos, sobrinos, familiares o amigos. Una acción contra el colegio es la manera más efectiva de sobresaltar al máximo a la totalidad de la comunidad judía, partiendo del principio que nadie es "intocable".

El inverso, en cambio, es inmoral. Partiendo de la noción de "intocable", la transformación de cada uno de los integrantes de la sociedad en un ser "tocable", quiere decir la promoción de la sombra de la sospecha sin indicio sustancial alguno. Está claro que en una sociedad de millones de habitantes, pueden ocurrir hechos reprochables y lamentables a diario. Por lo tanto, cualquier hogar puede ser allanado como una consecuencia de algún crimen perpetrado en cualquier lugar.

Nos comunicamos con el vicepresidente José Vicente Rangel quien nos aseguró que el allanamiento respondió al juicio del juez del caso y que el Ejecutivo jamás protagonizaría una agresión contra la comunidad judía. Su palabra fue tranquilizante más no sedante, porque el recinto más sagrado de la comunidad judía había sido violado. Lamentablemente, esta afrenta es, en sí misma, irreversible, alarmante y preocupante. Esperemos que en el futuro próximo la cordura, la sensatez y la tolerancia se impongan por encima de todo.

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