Caracas, 19 de marzo del 2004

Señor

Presidente del Concejo Nacional Electoral
Dr. Francisco Carrasquero
Presente

Apreciado Presidente:

En el día de ayer he tenido conocimiento, a través de la prensa, de sus comentarios sobre la tarea que realizan en el país tanto la Misión de la OEA como la del Centro Carter. La posición de estas organizaciones, según sus declaraciones, estaría “sesgada, parcializada, con algunas de las actuaciones y criterios del sector de la oposición” y “en combinación con medios de comunicación”. La información presentada en uno de nuestros informes, afirma usted en otro momento, “no se ajusta a la verdad”, agregando que si la observación internacional quiere seguir “que lo haga” y que “si no pueden continuar, se pueden ir” ya que “este es un país soberano”.

En numerosas oportunidades, las misiones internacionales de observación electoral han sido blanco de críticas por parte de los diferentes actores políticos, no sólo en Venezuela sino también en otros países. Estas críticas, por distintas circunstancias políticas, son normales y no se acostumbra responderlas. En este caso, sin embargo, por provenir del presidente del Poder Electoral, que es a su vez la contraparte natural de la Misión, me veo en la obligación de hacerle a usted algunos comentarios. Debido a la naturaleza pública de sus declaraciones creo conveniente darle el mismo carácter a esta misiva.

Como lo he reiterado en diferentes oportunidades públicamente, la solicitud de convocatoria a referendos revocatorios es un proceso sui géneris en el hemisferio. La participación de la OEA en este proceso tiene una serie de importantes antecedentes, que creo relevante destacar. Entre noviembre de 2002 y mayo de 2003, por invitación del Poder Ejecutivo, como así también de la oposición, representada por la Coordinadora Democrática, la OEA participó como facilitadora en un proceso de acercamiento que dio como resultado el Acuerdo suscrito el 29 de mayo del 2003. Este Acuerdo tiene un alcance político muy importante, que el mismo CNE reconoce al citarlo como fundamento para la invitación de la OEA como observadora internacional. Dentro del respeto y el reconocimiento a la autonomía y soberanía del pueblo venezolano, la OEA ha asumido este compromiso con responsabilidad, dedicación y profesionalismo. En su carácter de misión de observación, el objetivo de la Misión ha sido asegurar que el proceso sea transparente, se apegue a las normas del país, se respete la voluntad de los ciudadanos y se ofrezca confianza a las partes involucradas y a la ciudadanía en general.

La OEA y el sistema interamericano han evolucionado en los últimos años, y su principal objetivo es la defensa de la democracia y la preservación de los derechos humanos. En este sentido, la realización periódica de elecciones, libres, justas y transparentes se ha transformado en una de las bases insoslayables de la democracia. De ahí la creciente relevancia de las misiones de observación electoral en el hemisferio.

Como lo consagra la Carta Democrática Interamericana, la OEA tiene el deber de asegurar “la eficacia e independencia de estas misiones”, garantizando que las mismas se realicen “en forma objetiva, imparcial y transparente” y que tengan la capacidad técnica apropiada. Estos han sido, precisamente, los criterios utilizados para diseñar y desplegar la Misión de la OEA en Venezuela. La información contenida en los informes de la Misión está respaldada por el trabajo continuo, sistemático y exhaustivo del grupo de observadores internacionales, que han acompañado el trabajo del CNE las 24 horas del día desde el inicio mismo del proceso. Tanto este como otros procedimientos están enmarcados en el acuerdo firmado por usted, en representación del CNE, y yo como Jefe de Misión, en representación de la Secretaría General, el 20 de noviembre de 2003, en el que se estipula que la Misión podrá informar al CNE, en forma confidencial, sobre “las irregularidades, deficiencias técnicas e interferencias que hubiere identificado como resultado de sus tareas de observación”.

De acuerdo a las normas que rigen la organización de misiones de observación electoral, es al Secretario General y al Consejo Permanente a quienes les corresponde evaluar la actuación de la Misión en Venezuela, lo que se hará en el momento oportuno.

En sus declaraciones, usted asegura tener pruebas de sus afirmaciones. Dada la gravedad de tales alegaciones, con todo respeto le solicito a través de esta nota, como Jefe de Misión, me las deje conocer o, en su defecto, las haga públicas a fin de evitar confundir a la ciudadanía. Con respecto a la permanencia de la Misión en el país, infiero de sus declaraciones que acepta que continuemos nuestra participación como observadores. Por el alcance de sus consideraciones, y la necesidad de aclarar este punto, con todo respeto le solicito que, si la decisión es contraria, se nos comunique en forma institucional por parte del directorio del CNE.

Nuevamente ofrecemos a usted, y al directorio del CNE, nuestra colaboración como observadores y a la vez como facilitadores en estos momentos del proceso.

Atentamente,

Fernando Jaramillo

Jefe de Misión

cc:  Demás Rectores Principales del Consejo Nacional Electoral.

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