Convicciones de siempre

¡Ah! ¡Esa parodia de proceso en La Habana! Si Dios y Stalin están juntos en alguna parte, ¿qué opinan? A decir verdad nadie, quizá ni ellos mismos, pensaba que volvería a ver aquí abajo tan grotesca y siniestra mascarada, después de esas películas de la guerra fría como se decía entonces, está claro, de un “anticomunismo primario”...

A riesgo de ser tachado de anticastrista secundario hay que constatar que, en 2003, los viejos métodos han vuelto a servir en el trópico: ¡condenas de seis a veintiocho años de cárcel! No por haber ejercido el derecho universal a la palabra libre, porque de todas maneras en Cuba no existe en absoluto, sino por ser sospechosos de querer ejercerlo un día...

2003: tenemos, desgraciadamente, otras imágenes en la memoria. Recordad, todas las televisiones del mundo lo han mostrado hasta la saciedad: el tanque norteamericano se inmoviliza en un puente de Bagdad y, de súbito, abre fuego sobre el Hotel Palestine donde las propias televisiones, también de manera prolija, nos habían señalado la presencia de un gran número de reporteros. Aparentemente, quien disparó y el oficial que autorizó el disparo eran los únicos que no lo sabían. ¿A qué grado de ignorancia se llega en un Estado Mayor? Una minuciosa investigación de Jean-Paul Mari, comisionado por Reporteros Sin Fronteras, se dedica a desmontar el mecanismo, y a hacerlo sin prejuicios. A este informe se suma la denuncia conjunta, planteada en España, de la viuda del camarógrafo José Couso y de Reporteros Sin Fronteras. Estos recursos inéditos en materia de “atropellos guerreros”, por usar el evasivo eufemismo servido a la opinión pública, ponen de manifiesto la determinación de nuestra organización, ahora reforzada por un equipo de juristas, de no limitarse a sus funciones de alarmas y denuncias públicas. Nos importa igualmente exigir reparación del crimen cometido, cada vez que se pueda demostrar. Porque si los asesinos se sienten “cubiertos”, su impunidad hará que nazcan otras vocaciones, y nuestro trabajo sería incompleto si no se pusiera al servicio de las familias de las víctimas...

Perdura la letanía fúnebre

Y después Jean Hélène, abatido como un perro en un aparcamiento de Abidyán. Y después...y después...se podrían enumerar “ad nauseam” esos dramas del año transcurrido en los que periodistas de todas las nacionalidades perdieron su libertad, e incluso su vida, porque eran periodistas.

En cada ocasión nos gustaría poder anunciarles que finalmente la fúnebre letanía tiende a decrecer. Pero no será el caso para el año 2003, un año negro donde los haya: más de 120 periodistas seguían encarcelados y a 42 los mataron, principalmente en Asia y Medio Oriente (guerra de Iraq), frente a los veinticinco de 2002. Por otra parte, lo que llamamos “indicadores” presentan todos alzas sensibles: 776 periodistas detenidos, al menos 1.460 agredidos o amenazados, 501 medios de comunicación censuradores; a lo que habría que añadir un significativo número de síntomas más difíciles de contabilizar, pero de los que volveremos a hablar porque traducen, en profundidad, una preocupante evolución en las técnicas de la  represalia.

¿Africa? Desgraciadamente el asesinato de Jean Hélène no es un hecho aislado. Cubrir un conflicto resulta cada vez más peligroso, pero esos conflictos persisten en muchos Estados. En otras partes, por ejemplo en el Camerún de Paul Biya,  el Gabón de Omar Bongo, la Guinea de Lansana Conté, la Guinea Ecuatorial de Obiang Nguema, el Ruanda de Paul Kagame, el Togo de Gnassingbé Eyadéma y el Zimbabue deRobert Mugabe, los periodistas tienen que aguantar las tormentas de regímenes envejecidos y tanto más celosos de su autoridad, cuando no el resentimiento de dirigentes aferrados al poder. Todos rezongan ante los intentos de liberalización, sobre todo los que conciernen al audiovisual. En realidad, la prensa independiente se hace cada vez más rara en el conjunto del continente africano, del que los periodistas siguen huyendo regularmente, con la muerte en el alma.

En Asia, los dictadores disponen de la mayor penitenciaría del planeta, para los profesionales de la prensa que no renuncian: durante el año pasado encerraron allí al menos doscientos periodistas, y frecuentemente les torturaron. Así en Nepal y en Birmania, donde algunos rarísimos intrusos describen el universo carcelario como un “verdadero infierno”. Es necesario recordar que, por su parte, Corea del Norte ignora la propia noción de pluralismo y que China, que tanto marca tendencias en los últimos tiempos, desanima todo lo que no sea propaganda. En casi todas partes prevalece lo que se podría calificar como “acoso judicial”, en el que se recuperan los métodos probados en Turquía –a pesar de una relativa flexibilidad destinada a presentar un perfil mejor ante la Unión Europea-, y en las antiguas repúblicas del bloque soviético, como la despiadada Azerbadyán (más de cien agresiones), Uzbekistán y Turkmenistán, regiones de censura absoluta.

 Ciertamente, la guerra de Iraq no facilitó la libertad, ni tampoco la seguridad de los medios de comunicación en Oriente Medio donde, según una costumbre ahora bien anclada, Irán se distingue por su brutalidad. El asesinato de la fotógrafa Zahra Kazemi, el 10 de julio en su calabozo de Evine (Teherán), es la prueba más insoportable. En Sudán y en los países del Maghreb, algunos alentadores signos de emancipación se ven contrarrestados por los viejos reflejos absolutistas: control a todos los niveles y desconfianza en todo momento.

 En cuanto al continente americano, sigue desigualmente repartido. La libertad de prensa, globalmente respetada en la mayoría de los Estados, es perseguida diariamente en Cuba, Haití o Colombia; este último país continúa siendo el menos seguro de la región. Cuatro periodistas encontraron en él la muerte. En América del Norte, se cuestiona con demasiada frecuencia el secreto de las fuentes.

 Nuestra movilización hace renacer esperanzas

 ...Bueno, incontestablemente un mal año, y mucho más cuando se examina en detalle. Sin embargo, en particular a ustedes que nos acompañan y que quizá nos apoyan desde hace años comprando los álbumes de fotografías, gracias a los cuales pueden financiarse nuestras acciones, les debemos algo más que este siniestro censo y las lamentaciones que inspira, porque podría parecer que cedemos al desánimo. Crean que no es el caso, antes bien repetimos esta convicción de siempre: lo que debe dictar nuestra conducta es el aspecto positivo del balance.

 Por ello, nuestra prioridad continúa siendo la ayuda prestada a los periodistas encarcelados y a los medios de comunicación que pasan por dificultades. Esta ayuda, que hacen posible el producto de la venta de los álbumes, calendarios y algunas otras operaciones, vuestra ayuda por tanto, nos permitió distribuir 130 bolsas, ayudas directas a las familias de los periodistas encarcelados, pago de gastos médicos, judiciales, etc. Algo que se ha hecho, entre otros, con las víctimas de Cuba, Birmania, Liberia, Costa de Marfil, China, Haití y Vietnam. ¿Cómo ceder al desánimo cuando esa movilización, este trabajo, a veces invisible pero siempre pertinaz, hacen renacer esperanzas, y a más cuando desembocan en una victoria? Y nos gusta considerar como tal la liberación del periodista marroquí Alí Lmrabet, ¡condenado a tres años de cárcel por caricaturas de lesa majestad, por irreverencia gráfica con el rey! Nuestro Premio Reporteros sin Fronteras – Fundación de Francia 2003 finalmente salió en libertad en 2004, tras siete meses de detención.

 Estas intervenciones solo existen gracias al pedestal en que se apoyan, es decir, la investigación y nuestros (formidables) investigadores, que hacen inventario de los atentados a la libertad de prensa, los descodifican y profundizan permanentemente en su investigación, que con frecuencia se prolonga en una indispensable misión sobre el terreno. Esa discreta y a veces peligrosa investigación, esa paciente labor de malla (de la que ustedes encuentran relación en nuestro sitio: www.rsf.org), sitúan nuestras empresas en el tiempo (así, no abandonamos asuntos ya antiguos como Zongo en Burkina, Gongadze en Ucrania, Huang Qi en China, etc.), con el fin de ir en contra del más terrible de todos los peligros: el olvido. ¡Y lo conseguimos, porque las consultas de nuestro sitio se han multiplicado por diez en menos de dos años!

 Algunos malhechores se vuelven más taimados 

Más visibles que esas lejanas misiones, nuestras diversas operaciones de comunicación responden de hecho al mismo objetivo: se trata de seguir impidiendo que se instale un manto de silencio, de luchar contra la resignación o la indiferencia progresivas. Esas campañas de carteles, de publicidad, de vídeos –que hacen posible diferentes colaboradores (la agencia Saatchi & Saatchi o el centro de investigación del grupo Benetton, Fabrica)-, que quizá ustedes tienen todavía presentes, van destinadas a alertar a la opinión pública, a veces de una forma voluntariamente combativa, en torno a temas que para nosotros tienen un gran interés: “Periodistas muertos”...”El año de Argelia”...Libia (a la que, de rebote, debemos nuestra surrealista suspensión de la Comisión de Derechos Humanos)...”Cuba sí, Castro no”. Esta última operación, que sigue en curso, estuvo acompañada de una memorable velada en el teatro parisino del Rond-Point, el 29 de septiembre.

 ¿Qué más? La segunda edición de “Fotos de estrellas” apadrinada por Sophie Marceau: fue en junio. En diciembre, inauguramos en París la primera y única “Casa de los periodistas”, abierta a los colegas exiliados. Reporteros Sin Fronteras ha contribuido en mucho a hacer efectivo este hermoso proyecto de Danièle Ohayon y Philippe Spinau.

 En el momento de cerrar este balance, forzosamente con lagunas, nos parece importante subrayar una constante y apuntar una sensible evolución. ¿Constante? La libertad de prensa está mucho más amenazada cuando hay sobreabundancia de poder político (potentados de todo tipo), o cuando existe un vacío excesivo de poder, de suerte que entonces el derecho cede ante la violencia. ¿Evolución? Los enemigos de la prensa no parecen ni menos numerosos ni menos resueltos; pero tenemos la impresión de que, al margen de algunos casos patológicos bien conocidos por nuestros servicios, algunos malhechores se están volviendo más taimados. La represión frontal y sanguinaria la están sustituyendo por el acoso insidioso de apariencia legal, la presión económica, la protección de la vida privada, los rodeos de todo tipo, incluidos los gestos de buena voluntad, con el fin de engañar a la opinión pública. En resumen, continúan dando caza al periodista, pero guardando las formas.

 Finalmente, nos parece que desgraciadamente la intolerancia ambiental facilita todo tipo de crispaciones. Campañas publicitarias, espectáculos, libros, películas, prohibiciones o amenazas, falsos directos en la televisión, autocensura, recurso compulsivo a las demandas judiciales a la menor palabra atravesada, indignaciones de encargo, prudencia oratoria e hipocresía retórica: ¿no estará perdiendo terreno la libre expresión?

 Evidentemente, esto merece una reflexión por nuestra parte, y supone imaginar respuestas apropiadas. Es decir, que no estamos al cabo de nuestras penas y que no existe nada más movilizador.

 Pierre Veilletet

Presidente de Reporteros sin Fronteras - Francia

 Adjuntos:

 Nuestro trabajo sería incompleto si no se pusiera al servicio de las familias de las víctimas

 Nuestra prioridad sigue siendo la ayuda a los periodistas encarcelados, y a los medios de comunicación que pasan por dificultades

 Los enemigos de la prensa están sustituyendo la represión frontal y sanguinaria por el acoso insidioso de apariencia legal, la presión económica, la protección de la vida privada, con el fin de engañar a la opinión pública. En resumen, continúan dando caza al periodista, pero guardando las formas

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