He recibido varias comunicaciones alertando sobre no planear nuestras vacaciones hasta después del referéndum. Eso me puso a pensar sobre lo que estarían pensando los niños que están saliendo de vacaciones cuando se les dice esto y por ello escribí la siguiente carta. No soy papá todavía, pero creo que esta sería mi respuesta hacia ellos.

Querido hijo,

Te escribo esta carta porque he estado pensando sobre nuestra pelea anoche durante la cena, y quiero, ante todo, pedirte perdón por haberme puesto tan bravo, sin darte las explicaciones que como hijo y como persona te mereces. Por eso, más calmado, te escribo estas líneas porque pienso que te debo dar razones más profundas de las que te di en medio de mis griteríos. Quisiera explicarte en escrito el porque no vamos a Disney World este año.

Quiero recordarte lo orgulloso que me siento que seas mi hijo. Anoche te vi bajar con la boleta del colegio en la mano, entrando al comedor, como un valiente soldado de esos de los cuentos, que acaba de combatir el dragón y viene a clamar su recompensa. ¡Y que cara tenías! Todas tus materias en veinte. Tal como habíamos pactado como condición para el viaje y por eso no sabes lo feliz que me siento. Por eso te pido perdón, al no poderte cumplir tu sueño de ver a Mickey Mouse.

Verás, el país donde tú y yo vivimos no está muy bien. Está un poco enfermo, como leímos el otro día en la comiquita de Mafalda. La gente grande se anda peleando con los demás porque todos queremos llegar a tener un país mejor. El problema es que no hemos sabido decidir por donde empezar y aquí no existen los héroes y las hadas madrinas de esos que leemos en las noches para que nos vengan a salvar. ¡Pero ha llegado una solución! Creemos que el Presidente, quien es el que se encarga de liderarnos y de ver que cada cosa se guarde en su lugar, no lo está haciendo muy bien y le vamos a pedir que renuncie porque estamos convencidos que otra persona lo puede hacer mejor. No ha sido fácil convencerlo a él de esto y por eso nos ha tocado a todos nosotros ser los héroes de nuestro propio cuento. Para eso nos tenemos que quedar en Venezuela y pelear en la batalla.

¡Y que batalla! Justo en agosto, es cuando decidiremos sobre el futuro de nuestro país. Tú papi y tú mamá han sido llamados a pelear. Pero no, no te asustes, que esta pelea no es con espadas y no hay dragones, ni ogros malignos que nos vayan a hacer daño. En esta pelea nada más podemos usar un bolígrafo y nuestras manos, pues vamos a ir a votar – así como tú haces cuando decides quien es el que cuenta cuando juegas al escondite – para decidir si queremos un mejor presidente y una vida mejor para nuestro país.

Sé que ahorita estás diciendo “Pero ¿por qué el Ministro de Educación tuvo que poner las vacaciones justo cuando hay batalla?”, pero para que veas que inteligente, así no tienes que perder clases. Igualmente te estarás preguntando ¿Pero si hay tanta gente en Venezuela, porque nos tenemos que quedar aquí si los otros pueden ir a la batalla por nosotros? Pues imaginate si todos los papás del país se fueran de vacaciones con sus hijos pensando lo mismo, ¿Quien estaría aquí para defendernos?

Por eso es que nos quedamos aquí este año. Yo se que tú ahorita estas bravo porque yo no cumplí con mi parte de la promesa. Cuando seas grande entenderás que al quedarnos aquí te estoy cumpliendo una promesa más grande aún – te estoy haciendo un camino hacia un país en donde los niños puedan salir solos al parque, en donde no haya niños que pidan dinero como los que vemos haciendo maromas con las naranjas cuando salimos a pasear, donde todos puedan ir al colegio como tú y aprender cosas. Un país lleno de gente bella, como tu mamá y lleno de gente honesta, como tus abuelos. Un país en donde para que cuando tú seas grande, todos los niños de Venezuela se puedan ir a Disney World con sus papás.

Te quiero mucho,
Tu Papá.

Caracas, julio 2, 2004

totoaguerrevere@hotmail.com

regreso a documentos            regreso a DDHH